¿Sabías esto sobre la depresión?
La depresión es el trastorno psicopatológico más frecuente en la población, con una incidencia del 5% aproximadamente. En la actualidad constituye una de las tres primeras causas de discapacidad en el mundo, y según las estimaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS), se convertirá en la primera causa en 2030.
Pero estos datos son mucho mayores si incluimos la sintomatología depresiva que por su intensidad o frecuencia no llega a constituir un trastorno, a pesar de afectar sobremanera a quien la sufre.
Los principales síntomas de la depresión son la tristeza y la anhedonia (pérdida de la capacidad de disfrute de las cosas con las que anteriormente se disfrutaba), pero existen muchos otros síntomas característicos de esta afección. Entre ellos, alteraciones del sueño y del apetito, fatiga, problemas de concentración, desesperanza, sentimientos de culpa o inutilidad, pensamientos pesimistas recurrentes e ideación suicida.
Relación con otras enfermedades
Tener depresión no solo compromete nuestra salud mental, sino que también afecta negativamente a nuestro cuerpo: se ha demostrado que produce un empeoramiento del estado físico, pudiendo llegar a afectar al rendimiento del sistema inmune.
La relación entre la depresión y otros problemas de salud se produce en dos direcciones: por un lado, el estado depresivo actúa como factor de riesgo que facilita el desarrollo de enfermedades (como la diabetes, problemas cardiovasculares, o enfermedades del sistema digestivo); pero además también se produce la relación inversa, las personas con enfermedades crónicas desarrollan depresión en mayor medida. En este segundo caso, la depresión sería resultado de sufrir la enfermedad orgánica.
Y eso no solo ocurre con la salud física. También hay una mayor presencia de otros trastornos mentales (trastornos de ansiedad, de somatización, trastornos por abuso de sustancias, etc.) en quienes tienen depresión.
La depresión afecta al cerebro
Por otro lado, la sintomatología depresiva repercute negativamente en las capacidades cognitivas. Un estudio de la Universidad de Yale concluyó que el hecho de estar sometido de forma continuada a un estado de depresión y estrés, afecta al cerebro humano produciendo una pérdida parcial de las conexiones entre neuronas. Los científicos de este estudio afirman que “el cerebro se comprime, perdiendo una cantidad significativa de conexiones neuronales internas”; ocasionando así, una disminución general para procesar la información y por tanto reduciendo la capacidad para responder adecuadamente a los cambios.
Depresión infantil y adolescente
La depresión puede aparecer tanto en hombres como mujeres a cualquier edad, y aunque su prevalencia es mayor alrededor de los 30 años, no es una enfermedad exclusiva de los adultos. Los adolescentes y niños también la sufren, si bien los síntomas desarrollados suelen ser algo diferentes.
En su caso, es más común la presencia de rabia, irascibilidad y alteraciones del comportamiento; a diferencia de los adultos en los que predomina la tristeza.
Causas de la depresión
El estado de ánimo depresivo suele ser producto de la unión de múltiples factores que actúan de forma interactiva, como el estrés, una tragedia, un accidente, la pérdida de un ser querido, el consumo de determinadas sustancias (alcohol, drogas, ciertos fármacos) o incluso factores genéticos.
También afectan a la aparición de la depresión los factores climáticos y estacionales. El calor y la luz solar aportan bienestar y energía; por tanto, en el invierno, la reducción de horas de sol actúa como un factor añadido en las personas vulnerables a este trastorno. Además, en los meses de más frío, estas personas suelen pasar más tiempo en soledad, al realizarse menos actividades sociales y al aire libre, impidiendo obtener los beneficios del apoyo social.
La cura de la depresión
Uno de los tratamientos más habituales es el uso de antidepresivos. Sin embargo, estos psicofármacos tienen importantes efectos secundarios (dolor de estomago, migrañas, trastornos del sueño). Asimismo, diversos estudios indican que la ideación suicida es un componente relativamente común en las fases iniciales de la terapia con antidepresivos. Además, estos fármacos no curan por sí solos la depresión, aunque pueden mejorar los factores biológicos que contribuyen a ella.
Para un correcto tratamiento del trastorno depresivo es necesario iniciar psicoterapia. Los fármacos ayudan en momentos puntuales a levantar el estado de ánimo, pero es la intervención psicológica la que enseña a la persona las estrategias para afrontar los conflictos vitales pasados y futuros.
Además, un hecho característico de la depresión es que cuantos más episodios depresivos sufra una persona, más probabilidades tiene de sufrir un siguiente episodio. Es decir, alguien que haya tenido 4 episodios sufrirá con bastante probabilidad un 5º, mientras que el que haya tenido 1, puede no sufrir ninguno más a lo largo de su vida con una alta probabilidad.
Por ello, acudir a un profesional de la psicología cuanto antes tras la aparición de la sintomatología depresiva, ayudará enormemente al transcurso de todos los aspectos relacionados con el desarrollo de la depresión.