Lunes a Viernes: 10:00-14:00 / 16:00-20:00
Teléfono: 886 214 691 • 604 007 538
e-mail: info@psicologiapontevedra.com

Así hablas, así estás

Así hablas, así estás

Tono de voz y ánimoEl tono de tu voz (triste, preocupado, alegre, etc.) influye en tu estado de ánimo. Eso sugiere un reciente experimento del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS).

Sus especialistas crearon un software que manipula el tono emocional de las voces. Después, grabaron las de los 109 voluntarios, a los que pidieron que leyeran una breve historia. El programa modificó las voces de forma que sonaran alegres, tristes o asustadas; cuando las escucharon, los participantes no notaron esa sutil transformación en sus propias voces, aunque sí en las de los demás. Sin embargo, tras la audición de las grabaciones, se les preguntó cómo se sentían, y el 85% dio respuestas que coincidían con el sesgo emocional que se había introducido en sus voces.

En otras palabras, la mayor parte de las veces no nos damos cuenta de cómo cambia nuestra voz en respuesta a diferentes emociones. Nuestro enfado, por ejemplo, puede transmitirse a nuestro tono de voz sin que nosotros seamos conscientes de ello.

La segunda conclusión interesante es que al escuchar nuestra propia voz alterada, nuestro cerebro responde en la misma dirección. Es decir, aunque no nos damos cuenta de que nuestra voz suena más alegre, escucharla nos sintoniza con ese tono y nos pone más contentos. Escucharla con matices tristes nos entristece, y escuchar nuestra voz con matices de miedo nos genera el mismo tipo de ansiedad.

Por ejemplo, el tono alegre de la voz condicionaba a los sujetos a valorar su humor de manera un poco más positiva que antes de la lectura; y las mediciones de la conductividad de la piel confirmaron la sensación subjetiva de que los estados de ánimo de los participantes habían variado.

Voz y emocionesEl tono de voz no miente a las emociones

En opinión de los investigadores que realizaron este estudio, los resultados no solo contradicen una teoría aceptada, según la cual comprobamos en todo momento nuestra voz con el fin de controlar que transmita las emociones adecuadas; el hallazgo sugiere, por el contrario, que quizá también juzguemos nuestro estado de ánimo de forma similar al modo en que lo hacemos con las otras personas, es decir, escuchándonos a nosotros mismos mientras hablamos.

Este experimento no solo es la primera prueba empírica de cómo se genera respuesta emocional desde el campo auditivo, sino que abre la puerta a utilizar la voz modificada en el tratamiento de desórdenes psicológicos.